martes, 10 de septiembre de 2013

Labrador

 Te levantas labrador
al despertarse la aurora
al primer canto del gallo
cuando aún reinan las sombras.

Temprano  unces la yunta
con mano firme y callosa
y te encaminas al tajo
con hambre de muchas horas.

Con el sudor  y la sangre
que en tu frente y manos brotan
los surcos que vas abriendo
vas regando gota a gota.

Vuelves al anochecer
y con pena silenciosa
ves las manos de tus hijos
que rebuscan en de tu alforja
trocitos de queso y pan
que le has robado a tu boca.

R: Bersabé  (10 de septiembre de 2013)